Ese silencio envidioso, lleno de malas lenguas, de hipocresía muere tan rápido como una carrera prominente empeñada por monedas en cuestión de segundos. Se viene la chiquita contra el "lobo", un tiempo vestido de 90 minutos sin permiso para fallar. No, no se puede. Y la sensación de entrar con el pie izquierdo a la zona de gatillo le encanta a este hombre bautizado "Mister Caño". Es zurdo, claro, y apela a su historia escrita con fantasías de las buenas pero también tachada con mamarrachos de los malos, cuando alguna vez creyó ser un crack y apenas podía sentarse en el cordón de una corta carrera en este mundo loco del fútbol de Primera.

Fabián Espínola no reniega de su pasado, festeja el presente y el haber firmado en Atlético; brinda con gatoreit como el "Narigón", por el hecho de estar en un grande, asegura. "La gente te convierte en eso", busca relacionarse con el corazón "decano" el formoseño, y lo titula de vital en el esquema del club, al punto de ubicarlo en el Nº 1 del ranking, en este intento de reinado en la B Nacional.

La luz no alcanzará si uno no sabe caminar sin dolor. "Nadie te va a regalar nada. Tenés que ganártelo en la cancha", entra en la movida Espínola o "Espi". Así de rápido caza la friolera de los augurios. "Hasta ahora el único equipo que vi jugar al fútbol en este inicio de temporada es Rafaela. Ellos juegan, lo demostraron contra Banfield. A eso apuntamos nosotros y, creo, vamos por el buen camino", explica mientras mira el trono de un Rey en venta. Esto recién comienza y todos irán por él. River, Central, Huracán y Gimnasia son los fantasmas. ¿Cucos? Ni ahí, Fabián los cocina a baño María.

"A mí me gusta ser candidato, me agrando más. Por ahí hay chicos que prefieren la cautela, pero yo no. Me gusta que me tengan como fija... La B Nacional no es un torneo fácil, pero tampoco nos incomoda que haya varios ex clubes de Primera. Nosotros también tenemos varios compañeros que estuvieron allí y creo que sienten la misma necesidad de volver donde alguna vez estuvieron", envía el mensaje directo a los enemigos de este feudo de la "B" el dueño de la ofensiva izquierda de Atlético. "No vine a cumplir o a ser suplente de Longo. Tampoco a entrar cuando ?Sebas?, uno de mis referentes en el puesto, no pueda jugar. Ahora tengo la posibilidad de estar y dependerá de mí si la hago valer o no", va al hueso sin dramas el volante.

"Carlos Griguol me hizo carrilero en Gimnasia. Me dijo que tenía condiciones, que podía llegar a ser alguien...", revela, y hace una pausa. Después de aquellas palabras de Timoteo, Fabián recorrió en el bosque su historia por las bandas. Venía bien, hasta que derrapó.

"En mi última etapa fui un tipo inexistente, no jugaba a nada, la pelota me quemaba. Se le puede llamar miedo escénico, qué se yo. Terminé sin contrato, pese a haber estado en el plantel subcampeón (no debuté) y me fui a Unión Sunchales, del Argentino A. Ahí cambió todo para mí", repasa la caída libre con más alegría que pesar.

"Es que me di cuenta de muchas cosas. Fui de menos a más. Y acá estoy", ríe Espínola, borrando de su memoria virtual una posible derrota hoy. "Sí, se puede perder, pero depende de la forma. Si el rival nos supera está bien, pero si caés por un error propio me dolería muchísimo. Con el estilo que tenemos nosotros, no va a ser fácil", analiza "Mister Caño". "Je, je. Los lujos te dicen que estoy bien, que volvió mi verdadero yo. A veces un taco o una rabona te pueden salvar en determinado momento", explica el hombre, cuyo sueño está pintado de celeste y blanco. "Si nos va bien y me va bien, por qué no soñar con la Selección. ?Pulguita? estuvo. Todo depende de uno. Me tengo fe. Los jugadores del ascenso nos dimos cuenta de que podemos ganar siempre", reconoce.

La chiquita está ahí... "No vine de paseo. Hay mucha gente que depende de uno y no le podés fallar. Si hay que meter, se meterá. Vinimos a ganarnos un prestigio y lo vamos a demostrar en el rectángulo con nuestro fútbol"; reclama ese trono sin Rey Espínola y le apuesta a cualquiera que así será.